miércoles, 18 de septiembre de 2013

Lección de Historia



- A cada chancho le toca su San Martín. Gritó la señorita.
Los alumnos se miraron sorprendidos, nunca la habían visto tan enojada. La maestra había amenazado con castigarlos si se seguían portando mal y esta vez parecía dispuesta a cumplir con la penitencia. 
Al volver del recreo dieciocho Generales Libertadores con sus correspondientes caballos blancos, esperaban adentro del salón. Con dificultad los alumnos se acomodaron en sus sillas y miraron enmudecidos a la señorita.
Cuando la campana anunció el final de la clase, cada alumno corrió al corral preocupado por la explicación que exigirían sus padres. 

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Para comer


Abra una lata de sardinas. Corte un trozo de pan. Con una mano elija un pescado y colóquelo en el pan que sostiene con la otra. El aceite correrá por sus dedos. La piel se volverá dorada y suave. El ruido de las olas será cada vez más intenso. Sienta como el olor lo invade. La boca se abre. Todo se vuelve oscuro. Pronto será digerido. 

(Texto: Yesica Guevara - Ilustración: Leonardo Barcelona)

lunes, 9 de septiembre de 2013

Para limpiar un espejo


Párese frente al espejo. Ubique la mirada en un punto imaginario situado entre sus ojos. Observe cómo los límites de su cara se desdibujan. Resista. La nariz se funde con el mentón. No parpadee. Los labios se fugan hacia un costado. No los siga. El pelo cae. Ya no se ve. Cuando su imagen haya desaparecido, el espejo estará limpio. 

(Texto: Yesica Guevara - Ilustración: Leonardo Barcelona)

martes, 3 de septiembre de 2013

Antonio y Azucena


Antonio colecciona lunas pintadas en bandejas de madera. Azucena, boletos de colectivo que lee con pesimismo. Él altivo y vestido con una camisa, sostiene un peine. Ella tiende la cama mientras el locuaz periodista mueve la boca.
Un anillo cae con la lucidez de una picadora de carne. Él recuerda caras difusas en un laberinto de promesas de buñuelos. Ella aún busca la puerta que le permita soportar con calma el asco que le producen los cuerpos lívidos que buscan puentes.
Adentro de la casa conviven el animal con cuernos, la antena y la comida. Afuera la lluvia admite barriletes.

(Texto: Yesica Guevara - Fotografía: Leonardo Barcelona)