Comprar ropa nunca resulta sencillo. Debemos elegir una prenda, rogar que la tengan en nuestro talle, elegir un color que nos guste y finalmente suplicar y hundir el abdomen para que nos quede bien.
Al final del pasillo, “el probador” se nos presenta como rival a vencer. Si logramos cambiarnos en ese pequeño sitio sin golpes, habremos vencido. Pero atención, la contienda no es sencilla. Nuestro enemigo tiene aliadas. Son “las vendedoras” que al grito de “¿Y, cómo te quedó?”, abren el probador apenas dos segundos después de ingresar al mismo.
La batalla está declarada. No es una tarea sencilla, por eso juntas exijamos probadores amplios y vendedoras consideradas.
¡VOTE LISTA HOLGURA!
¡VOTE LISTA HOLGURA!
5 comentarios:
Hola cenefa, te acompaño en esta causa, mido 1.95 y la luz de la dicroica me hierve el valero cuando me pruebo algún un abrigo a bajo precio en pleno verano aprovechando los precios de fuera de temporada, como futuro arquitecto abogare porque todos los probadores sean de dimensiones humanas...
Ahora las vendedoras que entran antes y te ven en calzoncillos, son siempre bienvenidas!!!
Saludos Martin
Jeje, es real y dramático
Apoyo la causa
Gracias compañeros por sumarse a esta lucha, ojo que ya somos cuatro... las empresas constructoras de probadores incomodos TiEmBlAaAaAnNnN!!!!
JAJAJA saludos, gracias por pasar
tal cual, siempre me la doy con el ganchito en la pared (que demas te da la impresión de que soplás y se caen los tabiques!)
Lo peor Andres son los probadores con "paredes" de tela, corres esas espantosas cortinas para un lado y para el otro, y sin embargo no logras evitar que todo el local pueda verte haciendo malabares dentro del cubiculo infame!!!
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