sábado, 14 de noviembre de 2009

INSTRUCCIONES PARA TENER UN MILLON DE AMIGOS (EN FACEBOOK)

Recuerdo a una vecina que vivía frente a mi antigua casa. Era “el ojo” del barrio. Sabía lo que pasaba detrás de las paredes de cemento que protegían la intimidad de las personas. No sé cómo lo lograba, pero siempre que lanzaba un comentario al aire conseguía respuestas. Otros vecinos se hacían eco de sus murmullos y los divulgaban cuadra a cuadra. Si Miriam viviera, seguro tendría facebook. El sistema es la perfección del chisme, la comidilla mundial puesta al servicio de satisfacer las miserias de sus usuarios. La puerta entreabierta, la ventana sin cortina, un ojo de cerradura gigante para espiar, hablar, exponer, no importa qué, comentar en un muro de lastimosas falsedades. Odiaba a Miriam. Imaginen qué pienso de facebook.
Algunos dirán que es un sistema de comunicación y bla, bla, bla. Que ellos justifiquen con palabrerío su vouyerismo. No dejare de pensar en lo parecido que el sistema es a la muerte de la capacidad de discernir, de discutir con responsabilidad. Cara a cara con otro que no piensa igual y por lo tanto nos obliga a sostener su mirada de desaprobación. Con respuestas espontáneas no procesadas por una pantalla cada vez más chata. Sintiendo su aliento, viendo su rostro sin pixeles, escuchando su voz sin procesar, elaborando teorías que no se asemejen al copy-paste de la vulgaridad.
La muerte de la reflexión. Todo debe ser instantáneo. Comentar ahora, responder al segundo siguiente, no abstenerse de agregar algo. Una palabra, no importa cuál, la primera que encontremos. Decir algo rápido para no hacer. No vaya a ser cosa que nos veamos en la obligación de actuar. Sumémonos a grupos que luchan a la vuelta de la manzana dónde es demasiado lejos para hacernos presente. ¿Qué reclaman? ¿Por qué protestan? No importa.
El espejismo de la participación nos ha tranquilizado.
Después de todo, miles piensan como nosotros. Son nuestros amigos, nos abraza con sus extremidades digitalizadas. Se ríen de nuestras ocurrencias. No nos cuestionan.
Se siente tan a gusto rodeado de innumerables otros… ¿No es así? ¿Están ahí?

Otro dice: jauajauajaua yo también tenía una vecina que se llamaba miriam

2 comentarios:

SEQUEIRA dijo...

Qué buena reflexión!! Y cuánto hay de cierto, no?... Todos llevamos una Miriam adentro, Ja ja.

Saludos!

La Cenefa dijo...

Si es cierto!
CUIDADO MIRIAM YA TIENE FIBERTEL 2MB
saludos