Coincidimos en que el tránsito en la ciudad es caótico. Sabemos que todos los días se cometen innumerables infracciones. No obstante ningún conductor acepta críticas. Existe una canción pegajosa que dice: “el transito seguro, lo hacemos entre todos”. Pues bien, vamos a colaborar para hacer nuestro propio esquema de circulación. Made in Olavarría:
-Olvidarse de las normas de tránsito inmediatamente después de obtener la licencia para conducir es la regla de toda persona al volante.
-Estacionar es un arte. No deben colocarse balizas. Los lugares a ocupar son codiciados, por lo tanto hay que acecharlos y anticiparse a quienes disputan ese espacio.
-Los carteles de máxima velocidad seguro fueron diseñados por personas extremistas. Donde dice velocidad máxima 40 Km. debe leerse 60 km.
-Dar paso al peatón es antiguo. Pase primero, el resto del mundo puede esperar.
-La famosa “vuelta al perro” es denigrada públicamente, sin embargo los fines de semana las calles céntricas desbordan vehículos. Después de todo, gastar litros siderales de combustible parece ser signo de progreso.
-Maldecir es condición necesaria para conducir. Tenga o no razón insulte a los demás. Los automovilistas deben culpar a los motoclistas. Estos a los peatones y así, ad infinitum.
-Las rotondas son un desafío permanente. Pasar primero es signo de destreza. Doblar en “U” también lo es. Después de todo si nadie nos ve para que respetar las reglas de tránsito.
-Si nos hacen una sanción hay que discutir. La frase que lidera el ranking es “porque no agarran a los chorros en vez de molestar haciendo multas”.
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