sábado, 27 de noviembre de 2010

CATÁLOGO DE CORREDORES

Apenas asoma un rayito de sol la gente se vuelca masivamente a los parques para hacer ejercicio y llegar “en forma” al verano. Los corredores son los que más llaman la atención por la variedad de especímenes. Una acción aparentemente sencilla como correr se puede ejecutar de infinitas formas:

- Corredor de temporada. Dos meses antes del verano se quiere ejercitar por todo lo que no hizo durante el año. Recuperar el tiempo perdido corriendo desaforadamente es una idea poco inteligente. Se lo puede reconocer por un rostro completamente rojo, cuerpo encorvado y brazos vencidos.
- Corredor con mala información. Alguna vez escucho que transpirar quema grasas y de ahí en más se ejercita vestido como para ir a esquiar. Los extremistas utilizan bolsas de nylon en contacto con la piel para acelerar el proceso de deshidratación.
- Corredor negador. Aparenta ser un gran deportista pero la pasa terrible. Se cansa mucho, le falta el aire y le duele el cuerpo pero jamás lo reconoce, al contrario, eleva la cabeza en un forzado gesto de superación.
- Corredor con perrito. Es muy común ver como señores y señoras arrastran a pobres perritos regordetes a correr a su lado. Que quede claro, los animales no tienen la culpa de que sus dueños hayan engordado algunos kilos durante el invierno.
- Corredor estrella. Le gusta que lo vean. Respira ruidosamente, usa ropa deportiva de colores vibrantes, corre a un buen ritmo, no se despeina y algo fundamental: ¡no transpira!

Tanto hablar del ejercicio al aire libre me dieron ganas de salir a correr por el parque. Repaso mentalmente lo que necesito para emprender el camino hacia una vida saludable. Equipo deportivo cómodo y con onda obvio, zapatillas anti impacto, mp4, celular (haber si justo me llaman para decirme algo importante), agua, plata por si tengo que comprar más agua, toalla para secar la transpiración, una campera o buzo por si refresca, desodorante para no apestar, un libro por si me aburro y se me da por leer y claro, una mochila para llevar todo esto.

Pensándolo bien, mejor me quedo en casa, tanto preparativo me agota.

sábado, 6 de noviembre de 2010

APTO PARA TODO PÚBLICO

Hay películas que quedarán en nuestra memoria. Escenas detenidas en el tiempo con planos perfectos y logradas actuaciones. Y hay películas de las otras, donde las situaciones son obvias, monótonas y con actores de segunda. Películas que se resuelven fácil con sólo prestar un poco de atención a la realidad, donde también hay escenas que derrochan banalidad.


Si sos un joven cineasta que gusta de estos últimos films debemos decirte que agosto nos dejó algunas enseñanzas en la búsqueda de endebles argumentos.
La “película para toda la familia” es el espacio propicio para desplegar la falta de imaginación. Si nos basamos en los acontecimientos del mes referidos a los festejos del “Día del niño” encontraremos algunos tips que podemos utilizar en nuestro film sin creatividad.
Tomen nota jóvenes productores.
(La escena se desarrolla en un espacio verde. Poco a poco la gente llega al lugar. Bullicio en ascenso)
Paradójicamente el ejército cumple un rol fundamental. La fiesta comienza cuando llegan los tanquecitos verdes repletos de humeante chocolate. La calidez de la dulce bebida contrasta con el objetivo para el cual fueron construidos esos vehículos.
(Entran en acción los extras)
Jóvenes payasos, dobles de personajes de Disney (cuesta identificarlos), princesas hiper-mal-maquilladas y cualquier persona con peluca de cotillón y voz chillona reparten golosinas entre los presentes y pintan corazoncitos rosas en los rostros de las niñas.
Los profesores de educación física llegan con el agobie de la tarea que les tocará realizar durante todo el festejo. Deberán entretener a los niños sobreexcitados por el azúcar a través de juegos sencillos que se realizaran automáticamente. A saber: derribar latas o embocar aros.
(El decorado)
Habrá carteles realizados en papel afiche con algún slogan carente de sentido y por supuesto la vedette de los últimos días del niño: los inflables. Corrales donde los chicos saltaran hasta cansarse (o golpearse), realizaran interminables colas para ver como en un momento de la tarde aquellos castillos multicolores se desvanecen frente a sus ojos.


(La escena se vuelve difusa. Primer plano del rostro de un niño que de adulto recordara… bueno, no recordaran nada)
Luz, cámara, acción.